RUSIA, CIS Y UNIÓN EUROASIÁTICA                      

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
       Aleph está presente en Rusia
       (Moscú y Sarátov) desde 2006. 
       Es difícil ofrecer una imagen sintética
       de Rusia más allá de los tópicos y de
“      la moda” en los estados de opinión y
       los medios de comunicación.
       Debemos evitar las opiniones
       simplistas, la trivialidad y la frivolidad.
       La distancia entre los dos puntos más
       alejados de su territorio continental es
       de casi 6.000 kilómetros, con una
       distancia angular de 170º entre sus
       meridianos extremos. Su población
       autóctona está formada por unas 90
       etnias diferentes, que aportan una
       enorme diversidad y riqueza cultural. 
       Rusia es por su propia naturaleza un
       país apasionante y complejo.
 
 
 
 
La Federación de Rusia ocupa un enorme territorio con importantes reservas energéticas y
toda clase de materias primas y recursos naturales. Tiene unos 150 millones de habitantes,
con un PIB per cápita de 13.000 USD. El mercado natural formado por CIS y la EU alcanza
200 millones de personas.
 
Al margen del desencuentro que ahora mismo
vivimos entre Rusia y quienes deben
(debemos) ser sus socios naturales, es un gran
país que siempre jugará un papel clave en las
relaciones internacionales, lo que en una
economíaa globalizada significa una influencia
directa sobre nuestras economías nacionales y
la oportunidad de considerar a Rusia como un
socio comercial y tecnológico.
 
Para entender la realidad de Rusia HOY, es
imprescindible reflexionar sobre su historia
económica y social en los últimos 25 años.
 
Como resultado de un proceso apresurado y
desordenado de “privatizaciones” a finales de
los 90’, se ha generado una importante
descapitalización del tejido productivo besuco.
 
Mientras que los sectores estratégicos, como
los sistemas aerospaciales y de defensa, se
mantuvieron básicamente en manos del Estado
y continuaron recibiendo inversiones para el
I+D+I, otros fueron casi abandonados por el
capital privado, que se dedicó a multiplicar su
riqueza en el sector financiero, energético,
inmobiliario y el comercio, llevando a Rusia a
una excesiva dependencia de las
importaciones, incluso de productos básicos.
 
En paralelo y a pesar de la precariedad de las
condiciones en que quedaron muchos
departamentos de investigación avanzada, se
ha conservado una gran cantidad de
conocimiento, derivado directamente de la
investigación y la ciencia de base.
 
 
Hay institutos científicos y pequeñas
empresas, que atesoran soluciones alternativas
de muy alto valor tecnológico y económico en
diversos campos (como la nanotecnología,
aleaciones, materiales compuestos, procesos y
otros muchos).
 
Si escogemos algunos factores relevantes de la
sociedad rusa, debemos destacar el latísismo
nivel de educación y formación, tanto cultural
como técnica y científica, de sus ciudadanos.
 
Otro factor de suma importancia es el
desarrollo de una clase media emergente y
amplia, que suma a su formación una cultura
comercial ecléctica y muy orientada al
consumo: los “rusos” son buenos clientes.!
Desde el grupo Aleph consideramos que Rusia
es y será un enorme mercado, por supuesto,
pero que además posee un extraordinario
potencial como socio científico, comercial,
tecnológico e industrial.
 
Apostamos fuertemente por Rusia como
mercado para toda clase de productos, desde la
alimentación básica hasta los artículos de lujo,
esta no es una idea original…, pero desde
Aleph hemos aprendido de los errores y
sabemos cómo hacerlo bien.
 
También consideramos Rusia como destino de
inversiones conjuntas con la nueva clase
empresarial rusa, que es consciente de la
necesidad de cubrir sus carencias en la
fabricación de bienes de consumo y bienes de
equipo, así como de servicios, como por
ejemplo en la sanidad o el turismo de alta
calidad, entre otros.